Actualización: el 28/06/2022 participe en un nuevo pleno del Consejo Económico y Social de la ciudad de Sevilla (CESS). En el orden del día, aprobar o no el dictamen sobre el informe económico social de la ciudad de 2021. En esta ocasión, en conciencia, y en coherencia de lo expresado en este post, voté en contra. Desde aquí pueden descargar la explicación formal de mi voto particular. El dictamen se aprobó con este único voto discrepante. Sin indicadores correctos, sin datos y sin memoria, no es posible avanzar hacia un desarrollo (no un crecimiento) verdaderamente sostenible. A pesar de que creo en la importancia del consenso, también creo que no habrá soluciones a las diversas crisis que sufre esta ciudad (y el mundo) sin algunos cambios radicales. Estamos en estado de emergencia: climática -oficialmente-, medioambiental, ¿post? pandémica, de pobreza y desigualdad endémica, de convivencia, de cultura de Paz, de respeto a los Derechos Humanos. En emergencia por nuestra precaria Democracia.
Siempre he tenido la impresión de que en este país (mundo) emitir algunos Consejos Económicos y sociales (y lo social es indisoluble de lo medioambiental) ha sido algo considerado como una insolencia (1), como una injerencia inaceptable. Incluso como algo peligroso. Consejos Económicos Sociales. Consejos de Economía Sostenible, de Transparencia. Consejos sobre responsabilidad social de las empresas…
(1) Una prueba del poco respeto a este tipo de Consejos es todo lo ocurrido en el CERSE. Otra, más cercana, un incidente relacionado con la reacción virulenta de la Delegada de Hacienda del Ayuntamiento de Sevilla ante alguna pregunta del CESS en un acto de presentación de los presupuestos de la ciudad.
Reflexiones a la salida del pleno del Consejo Económico y Social de Sevilla (20/10/2021). En el orden del día, los presupuestos de la ciudad para 2022. Aunque pensé en emitir un voto particular (según el reglamento del CESS) para expresar la incoherencias que percibo en este y otros presupuestos (estamos en pleno debate de los presupuestos del país, y en los de la Unión Europea), opté por escribir mi opinión a modo de un particular voto.
Me dicen que me lo he tomado demasiado en serio (siempre recuerdo aquel libro de Anita Roddick, ‘Tómatelo como algo personal’ – Icaría 2001)
‘¿Un nuevo contrato social? ¿Una nueva gobernanza basada en datos reales?– Sí, pero sin memoria se repetirá la historia. ‘Palabras para un fin del mundo’ y ‘Mientras dure guerra’ son dos películas recientes que relatan las circunstancias de la muerte de Unamuno. Casi ochenta años después no existe conciencia pública de que fue un asesinato, ni de sus circunstancias. No sabíamos casi nada sobre Horacio Hermoso, ni sobre Otto ‘el del tranvía’ (Reflexiones desde la fosa del Pico de la Reja y la Plaza de la Gavidia, lugares de memoria de Sevilla) No existe conciencia pública de que España es el segundo país del mundo con más fosas de desaparecidos, tras Camboya. Y por supuesto, en la misma línea, no hay un relato claro sobre las causas de la crisis anterior. Fue el triunfo del márquetin y la economía de la apariencia. De la propaganda y la economía especulativa (de burbuja en burbuja) sus promotores pasaron a la fase de la mentira descarada. Cuando la avaricia y la estupidez se juntan, nada bueno puede pasar.
La palabra coherencia es clave. Creo que no son presupuestos coherentes ante la emergencia del cambio climático (cambio medioambiental), ante la emergencia del incremento de la desigualdad. Ante la emergencia del incremento de la mala educación. Ante la emergencia de las amenazas a la Democracia. La incoherencia de los presupuestos con las declaraciones solemnes emitidas al comienzo de la pandemia. Todo esto va más allá -pero explica- de la crítica (casi unánime) sobre la falta de ejecución de lo presupuestado, que tiene que ver con el déficit de medios (¡personas!) y de modernización de las administraciones y sistemas de inspección y control público. Algunos elementos de esta reflexión (completaré más adelante *2):
En primer lugar, vuelvo a insistir en que hasta ahora, el cambio de modelo productivo, y los indicadores para la evaluación de la economía sostenible (y por tanto de las sostenibilidad* de las empresas, públicas y privadas), han sido vetados en España. Sin estos indicadores clave es difícil que pueda ejercerse el derecho a saber, el derecho a la comparabilidad, para los consumidores, para los ciudadanos, para las propias administraciones públicas, que al fin de cuenta sería la base una economía menos especulativa y razonable. Son los indicadores necesarios para evaluar el impacto social de cualquier presupuesto (y su posterior seguimiento), y que permitirían por ejemplo un sistema de compra y contratación pública. Pero, siguiendo el mismo plan insensato de eliminar controles sociales, el sistema de cláusulas sociales también ha sido vetado en todos los ámbitos: he aquí una denuncia reciente, y cercana (en esta misma ciudad).
Este plan insensato de resistencia a la condicionalidad ecosocial (incluida la existencia de sindicatos), la eliminación de obstáculos (y personas: del lawfare al asesinato) para los negocios e inversores, y a una mínima y razonable regulación viene de lejos: el famoso informe anual ‘Doing Bussines’ del Banco Mundial, contra el que tanto hemos luchado (también desde este modesto blog, ver tres ejemplos: 1, 2, 3) y que por fin ha desaparecido, gracias sobre todo a la Confederación Sindical Internacional (ver el artículo del profesor Baylos). Ha desaparecido, pero su influjo sigue muy presente en los genes de lo que denominamos #LexMercatoria (inversores, grandes fondos, toda la política tóxica y mediática de los que operan como agentes comerciales ‘empotrados’ en el sistema … Vean las declaraciones del líder del Partido Popular del 26/10/2021)
Una consecuencia (y causa) de este plan perverso es que en España «…no existen órganos externos para la evaluación de los proyectos de colaboración público-privada». Yolanda Díaz, Vicepresidenta del Gobierno de España (Conferencia en la Semana Negra de Gijón. Verano de 2021. Minuto 9:10)
Este veto a los indicadores clave y a los criterios de condicionalidad ecosocial (laboral, fiscal, medioambiental…), tan necesarios para cualquier presupuesto, tan necesarios para no errar de nuevo con los fondos de la #NexGeneration (sostenibilidad…futuras generaciones…) , es realidad un veto a la tantas veces olvidada meta 17.14 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible «mejorar la #coherencia de las políticas para el Desarrollo Sostenible», enmarcada en el Objetivo 17 ‘Alianzas para el Desarrollo Sostenible’. En nuestro país, especialmente, estas alianzas han estado vinculadas casi siempre al negocio, en un permanente estado de conflicto de interés (influencias de los que deben ser regulados en los reguladores y la legislación, incluida la reforma laboral. El veto no actuó sólo en el ámbito de lo privado, sino, y sobre todo, degradando los instrumentos públicos de inspección y control) que viró lógicamente hacia la corrupción durante el periodo negro de la reciente historia de nuestra imperfecta democracia.
‘La colaboración público privada viró hacia la corrupción público privada‘. Fue la frase que pronuncié y levantó ampollas en un acto empresarial del Pacto Mundial celebrado el 15/10/2020, al que fui invitado amablemente como experto (a sugerencia de Joaquín Nieto, Director de la OIT en España) para elaborar el documento empresarial sobre la Estrategia Española de Desarrollo Sostenible 2030 (aprobada posteriormente por el Consejo de Ministros el 8/06/2021). Además de la frase, y sobre todo, reiteré las ideas, de nuevo y siempre en una línea constructiva, sobre indicadores y balances de evaluación.
Así que si queremos una gobernanza basada en datos reales, hay que exigir, por todos los medios, esa coherencia entre las promesas y los hechos. Fuera mordazas.
Música para este post: ‘…tomando en cuenta lo implacable que debe ser la verdad’ (Silvio Rodríguez, Playa Girón)
Temas/palabras clave: #Agenda2030 #Indicadores #Cerse #Coherencia #Tansparencia #Condicionalidad #NextGeneration . Proyecto #RSequidad: proyecto #Democracia
(Artículo a retocar, completar. Como siempre 🙂 El pensamiento no puede tomar asiento)
@jcarlosgonz – Cambio #EcoSocial
La *Sostenibilidad es la palabra más repetida en los últimos 50 años. Esto de acuerdo con la descripción que hace JM. Naredo en su obra ‘Taxonomía del lucro‘ sobre cómo la avaricia ha hecho que el Desarrollo Sostenible sea una utopía. Creo que señalar visualizar las causas haría que no lo fuera tanto. En el camino de la utopía esta la posible solución.
Cambio Eco Social 